Hace millones de años, más exactamente en la edad prehistórica, los humanos ya utilizaban abrasivos para crear armas que defendieran a sus tribus. Este tipo de rocas tenía la capacidad de moldear otras, transformándolas en objetos filosos. De la misma manera, esta clase de minerales eran utilizados para crear fuego por medio de su roce.
Es importante resaltar que el uso de abrasivos ayudó a la evolución del ser humano. Lo anterior se debe a que a través del tiempo les fueron encontrando diferentes tipos de utilidades. Por ejemplo, en la época egipcia empezaron a pulir las joyas preciosas, con el fin de cuidar sus tesoros y venerar a sus dioses.
La historia de los abrasivos
fue muy lenta a través del tiempo, de hecho, apenas en el siglo XV los artesanos lograron aglomerar los granos de materiales abrasivos sobre soportes flexibles, utilizando adhesivos. Unos años más tarde y con el fin de mejorar su funcionalidad y durabilidad, se comenzaron a recubrir con papel de vidrio triturado.
En el Siglo XIX, exactamente en el año 1820 Frederich Mohs publicó la dureza de los minerales que hoy se conoce como “Escala de Mohs”, siendo de vital importancia para la fabricación de discos abrasivos, que debían ser utilizados según sus características, ya que todos no eran aptos para la misma clase de trabajos.
Finalmente, el siglo XIX y XX fueron muy importantes para la historia de los abrasivos, ya que se descubrió el carburo de silicio y el óxido de aluminio, materiales con los que se obtuvieron los primeros grandes avances, como alagar su vida útil y mejorar su capacidad de corte sobre diferentes tipos de materiales
Para terminar, recuerde que en Werk tenemos un amplio portafolio de abrasivos que se adaptan a todos sus requerimientos.
Si desea conocer nuestro portafolio o ser distribuidor Werk, haga click aquí.